Zonas arqueológicas, centros históricos, lengua, celebraciones, danzas, música, entre otros. Deberá describirse su ubicación, el estado en el que se encuentran, cómo se relaciona con su entorno y su importancia para el desarrollo de la ciudad.
Es importante reconocer que abarca no solo el patrimonio material, sino también el patrimonio natural e inmaterial.
Estos recursos en la actualidad son una “riqueza frágil” y como tal requieren de políticas y modelos de desarrollo que preserven y respeten su diversidad y su singularidad ya que una vez perdidos no son recuperables.