Moquegua goza de un clima benigno, abrazador sol y tierra fértil, la vid desarrollo y propicio una fecunda industria de vinos y aguardientes; tradición que continua y nos enorgullece pues deleita al más exquisito paladar, acompañado de espléndidos paisajes virreinales y republicanos.
Caminar por la ciudad es remontarse a su pasado virreinal y republicano; sus calles estrechas y sinuosas descubren templos, solares con espléndidas portadas labradas, ventanas sevillanas, balcones de madera y techos en mojinete, sellos distintivos de la ciudad.
Los pueblos andinos conservan muchas de sus costumbres ancestrales. La música y la danza son sin duda una de ellas vinculadas fielmente a fiestas religiosas y tareas agrícolas y ganaderas. Cuenta con infraestructura ideal para albergar a los turistas. Podrás disfrutar de aguas termales, géiseres e impresionantes paisajes.